En los últimos años las redes sociales se han convertido en un medio para expresar nuestras ideas, opiniones y hasta sentimientos, de tal manera que nos ayuda a interactuar con otras personas quienes pueden ser conocidos o extraños y que no siempre comparten nuestros puntos de vista. 
Cuando se publica un comentario es enriquecedor encontrar las diferentes opiniones que pueden girar alrededor de un tema, sin importar las observaciones en contra que finalmente pueden ampliar mejor el panorama; sin embargo esta dinámica es comúnmente truncada por algunos sujetos maliciosos por medio de comentarios fuera de lugar y ofensivos.


El 04 de agosto del 2011, el periodista Pablo Fonseca publico el artículo “Lo peor de los ticos sale a flote en redes sociales” haciendo mención de las confrontaciones que se realizan en las redes y que terminan en agresiones fuertes por escrito, las cuales se salieron de contexto.



Estos casos se evidencian muy frecuentemente en páginas de audiencia masiva como Amelia Rueda y La Nación, donde muchas veces da la impresión que las personas no leen bien el artículo, ya que se desvían del tema, provocando que los demás se desenfoquen. 

Es común observar cuando algún usuario ataca agresivamente sin motivo aparente a alguna persona, grupo étnico, religioso, país, de tal modo que se exteriorizan razonamientos personales, prejuicios o estereotipos, induciendo una discusión que no aporta nada positivo, desaprovechando la oportunidad de un adecuado intercambio de ideas. 

Este comportamiento caracterizado por llamar la atención de los demás ya sea para, provocar, crear controversia o para desprestigiar a personas o temas, es conocido en internet como Troleo y es usualmente efectuado por usuarios novatos que simplemente se divierten con sus aportes. Por lo tanto antes de responderles, si esta es la decisión, es necesario evitar caer en su juego, y por el contrario, seria idóneo informarnos bien sobre el tema en discusión y respaldar nuestra participación con argumentos válidos. 


Es necesario desarrollar en nuestra sociedad una cultura de pensamiento crítico, por medio del fomento de ciertas destrezas cognitivas y afectivas, como la interpretación, el análisis, la evaluación,la inferencia,la explicación y la auto-regulación.



Por: Gabriela Castillo