Los transformadores eléctricos son los dispositivos eléctricos que permiten aumentar ó disminuir el voltaje que llega a las casas y las empresas. Estos se encuentran instalados en los postes del tendido eléctrico y los del tipo pedestal se ubican en los patios de las grandes naves industriales.

A toda empresa le conviene donar estos equipos a la distribuidora del servicio eléctrico, ya que en caso de alguna avería tendrán el reemplazo de inmediato junto con la mano de obra especializada para hacerlo y sin costo extra. Los que están cedidos se distinguen por las siglas “TP” seguidos de alguna numeración.

Cuando los transformadores se mantienen como propiedad de la empresa se corre el riesgo de llegar a tener grandes imprevistos que haga incurrir en gastos inesperados, por lo que un mantenimiento oportuno es indispensable para garantizar la continuidad de la operación.

Mediante el mantenimiento preventivo realizado a los transformadores se alarga la vida útil, se evita averías importantes y gastos por reparaciones.

Antes de ejecutar el mantenimiento es importante saber planificar las tareas previas a la desconexión, por esta razón se debe verificar el buen funcionamiento del generador eléctrico y tener suficiente combustible. Este mantenimiento de ninguna manera lo puede hacer un electricista común, solo se le permite hacer a personal debidamente certificado. Se tiene que comunicar a la empresa de distribución sobre los trabajos que se van a hacer y la fecha para que envíen una cuadrilla para desconectar las candelas, al finalizar ellos deben regresar a realizar la reconexión porque es posible que se genere un arco eléctrico que queme el cableado debido a la humedad ò el polvo; si esto le pasa al ICE, Jasec, CNFL etc, van a responsabilizarse por el incidente y realizan el cambio sin costo alguno y sin ningún problema.

En cuanto a la rutina básica consiste en realizar una revisión general del estado de la estructura, revisión del nivel de aceite, revisión de conexiones externas secundarias y primarias, revisión de accesorios e instrumentos, revisión de fugas en los empaques y revisión de la temperatura. Se hace una limpieza general del transformador, los accesorios, instrumentos y su bóveda con el fin de evitar posibles daños por humedad o problemas de corrosión en la estructura metálica. Se realiza análisis químicos y eléctricos del aceite aislante, como por ejemplo pruebas de color, de contenido de humedad, de rigidez dieléctrica, de neutralización y de gases disueltos. Además se hacen pruebas de aislamiento, correcciones de fugas o daños leves y retorqueo general. Por último se revisa el sentido de giro de los equipos trifásicos, previamente se tuvieron que dejar marcadas las fases.

Un transformador no falla muy comúnmente, pero cuando lo hace se convierte una situación muy difícil de manejar, sobre todo si este sigue siendo propiedad privada, porque hay que empezar por encontrar quien ayuda a atender la emergencia y donde se consigue otro con similar capacidad mientras tanto se realiza la reparación que puede tardar más de un mes.


Por Ing. Renato Soto