El agua residual es el agua potable que ha recibido un uso y cuya calidad ha sido modificada por la incorporación de agentes contaminantes. La industria comúnmente la puede disponer en el alcantarillado sanitario, en tanque séptico, en la planta de tratamiento, en el drenaje o en los ríos pero se exige tener buenas prácticas para su manejo como pre-requisito para el otorgamiento del permiso de funcionamiento.

Una empresa se expone a recibir una orden sanitaria cuando sus procesos generan aguas residuales con malos olores o cuyos parámetros de contaminación exceden los limites de vertido establecidos en la legislación vigente y hasta verse expuesta a la imposición de sanciones de orden administrativo y penal que pueden implicar la paralización parcial o total de sus actividades, afectando su continuidad operativa.

Por otro lado, las buenas prácticas del manejo del agua ayudan a disminuir el consumo de agua, a la reducción de aguas residuales que requieren un tratamiento posterior, a proteger el ambiente, a mejorar la imagen pública, y a reducir los riesgos de incumplimiento legal.

Para tratar las aguas residuales se han creado varios sistemas de purificación, este se selecciona de acuerdo a factores como experiencia previa, análisis de los procesos, compatibilidad con las instalaciones existentes, costos y requisitos legales.

Las plantas de tratamiento son la alternativa de solución para los casos donde no exista un colector sanitario en la zona o cuando no sea conveniente construir drenaje, ni un tanque séptico debido a la baja capacidad de filtración del terreno.

El sistema tradicional por lodos activados se desarrolla en diferentes etapas; inicia en la cámara de rejillas donde se realiza la separación física inicial de los sólidos grandes, (como ejemplo la basura), de la corriente de aguas industriales empleando un sistema de rejas, continúa en el tanque llamado reactor de aereación donde las bacterias descomponen la materia orgánica. Posteriormente se encuentra el sedimentador secundario que sirve para clarificar el agua y sedimentar los lodos, tiene forma de tolva para garantizar que los lodos se depositen en el fondo por peso y el agua efluente sale por rebalse. El vertido final puede ser descargado a un alcantarillado, a un cuerpo receptor ó a un terreno para ser reusado en riego de jardines o cultivos, también para el lavado de autos, uso de construcción, combate contra incendios, incluso en los servicios sanitarios y orinales, entre otro tipo de reúsos tipificados.

El objetivo del mantenimiento es el manejo adecuado de los desechos que ingresan a la planta debido a que el material no biodegradable trae como consecuencia entorpecer el proceso físico-químico, produce malos olores, afecta los parámetros de medición de la calidad del agua y daña los equipos de bombeo, tuberías y difusores de aire.

La limpieza del sistema de rejilla puede ser automática o manual y se realiza con la frecuencia adecuada, los desechos deben depositarse en una bolsa de basura para llevar en depósito de basura. El sedimentador secundario también se limpia. En el reactor biológico lo más importante es controlar el oxigeno disuelto disponible entre 2-4 mg/l, así como el nivel de lodo activado menor a 400 mg/l.

Se deben revisar periódicamente los difusores de aire y los sopladores, comprobar que no haya obstrucciones, debe verse que en todo el reactor haya igual cantidad de burbujeo y revisar filtros.

Por último se debe verificar la presencia de fugas en las tuberías (aire y agua) y repararlas, mantener las superficies de concreto impermeables y libres de hongos, además conservar libres de oxidación las superficies metálicas como tapas, válvulas y otros.

El agua es un bien común del dominio público y todos tienen derecho a ella, es tan barata que la desperdiciamos sin ser consientes del enorme daño que nos hacemos. Recordemos que el agua es el sustento de la vida; es un recurso limitado por lo que los invito a ayudar a conservarla y usarla adecuadamente con acciones sencillas.



Por: Ing. Renato Soto.