¿Cómo reaccionas ante las personas difíciles? Hay situaciones en nuestras vidas donde las soluciones de los problemas depende más de una buena actitud que de nuestra capacidad intelectual.

La seguridad en uno mismo, el autocontrol y la comunicación efectiva son características esenciales en nuestra carrera profesional y muchas veces pueden tener más peso que los títulos y grados universitarios ante los problemas comunes que se presentan todos los días, como por ejemplo cuando tenemos que enfrentar a alguien para hacerle ver una verdad importante, aunque sea molesta.

La inteligencia intelectual es la capacidad que posee una persona para analizar situaciones; en cambio la inteligencia emocional es la capacidad de controlar las emociones, de tal forma que hacemos que éstas trabajen para nosotros, utilizándolas para guiar nuestro comportamiento.

La tendencia actual de las empresas es realizar una integración entre ambas inteligencias para que sus empleados sean más exitosos en el desempeño de sus funciones, permitiendo que las personas trabajen en equipo, sin roces y en busca de un objetivo común.

La inteligencia emocional nos ayuda a tener autocontrol para manejar adecuadamente las relaciones interpersonales, especialmente cuando topamos con situaciones complicadas como malos tratos, correos electrónicos mal intencionados ò falta de colaboración de otros compañeros. Esta habilidad se adquiere y desarrolla con el tiempo con las experiencias que tengamos. Además estas destrezas las podemos mejorar mediante capacitaciones donde nos enseñan a usar el sentido común.

Mediante la inteligencia emocional se logra identificar nuestros sentimientos negativos como la ira y la rabia para cambiarlos por la paciencia, la sinceridad, la humildad, la amabilidad con el fin de generar empatía con los demás y transmitir entusiasmo para poder encontrar aliados para nuestros proyectos y alcanzar las metas.

Es gratificante cuando una persona que inicialmente se comportaba a la defensiva cambia de actitud cuando uno le expresa que entiende su posición y le toma parecer para saber cuáles son sus propuestas.

Piense que no vale nunca la pena exaltarse porque al final el que se enoja, pierde.


Por Ing. Renato Soto, Hilda y Gaby.