Las torres de enfriamiento son estructuras que se utilizan para enfriar el agua que proviene de cualquier proceso, disipando el calor hacia la atmósfera mediante la evaporación o conducción. Cuando una torre de enfriamiento trabaja sus tuberías son afectadas por las incrustaciones, la corrosión y el crecimiento microbiológico que las deterioran y disminuyen la eficiencia de operación. Los “tratamientos químicos” aseguran trabajar dentro de los parámetros adecuados y evitar estos problemas.

1. Las incrustaciones son depósitos de minerales en una tubería, el proceso inicia cuando la concentración de minerales rompe el límite de solubilidad y el agua no los puede mantener disueltos precipitando como lodos. Cuando pasa mucho tiempo los lodos se cristalizan formando una estructura química muy dura y por consecuencia el aislamiento de las tuberías que disminuye la capacidad de transferencia de calor y aumentando el consumo eléctrico porque los equipos trabajan forzadamente.

El contenido de calcio, magnesio y sílice dependen del tipo de suelo de donde provenga el agua. Hay que tener claro que la solubilidad de los minerales disminuye al aumentar la temperatura y el PH, estos factores provocan su precipitación.

Para compensar este evento se diseña un tratamiento anti-incrustante, identificando el mineral limitante o el que genera más riesgo según las condiciones a las que va a someterse el agua, de esto modo se mantienen disueltas las partículas y se evita que precipiten.

Se permite tener cierta cantidad de minerales dentro del agua que el químico pueda manejar, sin embargo la reconcentración de minerales es inevitable por lo que es necesario evacuar constantemente pequeñas cantidades de agua del sistema para mantener estable la concentración de sales por medio de una “purga”. La reposición adecuada y el tratamiento químico específico para la calidad de agua de suministro permitirán mantener el equipo protegido de incrustaciones.

2. Otro problema es “la corrosión” que es un ataque químico a un metal, es gradual e irreversible. Las torres y los intercambiadores tienen elementos metálicos los cuales reaccionan con el agua tendiendo a ser corrosivos, por eso el tratamiento además de ser anti incrustante debe tener un tratamiento anticorrosivo. Puede haber corrosión por tenerse un medio muy acido por lo que se recomienda manejar un PH por encima de 7 pero con un límite máximo para evitar que disminuya la solubilidad del agua y que se precipiten los minerales, se dice que los metales amarillos como el cobre pueden tener un PH hasta 9,2 y los otros metales como el hierro un PH de 10. Parte de la vida útil de un sistema enfriamiento consiste en mantener un PH adecuado para evitar el desgaste. Otros factores que contribuyen a la corrosión son el exceso de oxigeno disuelto, el aumento de temperatura por encima de 50C, los sólidos disueltos y la alta velocidad del flujo que genera un efecto abrasivo.

3. Finalmente, en las torres se dan las condiciones ideales para que en el agua se genere el crecimiento microbiológico porque se mantienen temperaturas adecuadas, con PH balanceados, la pileta es un lugar con agua casi estancada y al sol por lo cual se pueden desarrollar algas, hongos bacterias y moho.

Un pobre control microbiológico trae problemas de corrosión, incrustación y daños a la salud de las personas cercanas al sistema. La formación de algas genera una capa que consume oxigeno, cuando crece se vuelve gruesa y las capas inferiores no reciben oxigeno, estas se adaptan pasando a ser baterías anaeróbicas que consumen el carbono presente en las superficies de acero y produciendo desechos ácidos; cuando se remueve esta suciedad se puede apreciar un desgaste o corrosión. Las algas también pueden formar obstrucciones en el sistema restringiendo el flujo de agua y afectando las temperaturas y el rendimiento. El tratamiento químico debe de incluir alguisidas que se alternan con el tiempo para evitar la tolerancia de los organismos.

Las bacterias que se han encontrado son las pseudomonas y la legionella que son virus que generan neumonía y otras enfermedades respiratorias y puede afectar a las personas si se inhalan.

La frecuencia del mantenimiento y la limpieza para asegurar la máxima efectividad térmica y seguridad del sistema dependerá de su ubicación, de la contaminación atmosférica y del tipo de proceso de enfriamiento.



Por Ing. Renato Soto.